Nissrine, Marruecos

Vivir con el corazón en Bel Espoir: Un viaje de conexión, descubrimiento y entrega
Mi tiempo a bordo del Bel Espoir no fue solo un viaje por el Mediterráneo, fue un viaje que viví con todo mi corazón. Desde el principio, supe que sería más que un simple viaje. Se convirtió en una experiencia inolvidable que me brindó no solo recuerdos, sino también a familiares de diferentes países que ahora están profundamente conectados con mi vida.
En Malta, nos recibieron con agendas apretadas y momentos significativos. Un momento destacado fue la conferencia Mujeres en el Mediterráneo, donde me senté en una mesa con malteses, debatiendo sobre cómo viven las mujeres en diferentes países del Mediterráneo y compartiendo historias reales. La conversación no terminó con la sesión; estábamos tan involucrados que continuamos en la azotea después de cenar. Ese momento me recordó el poder del diálogo abierto y genuino.
Nuestra primera noche en el barco se centró en el descubrimiento. Aunque compartimos habitaciones pequeñas y nos mareamos, cada interacción estuvo llena de risas, alegría y calidez humana. Disfruté cada actividad y cada conversación. Uno de los momentos más esperados de cada día era cuando mi grupo gritaba. "¡Hora de trabajar en equipo!"Un espacio donde conversamos profundamente, intercambiamos ideas y aprendimos sobre las culturas de los demás,
Religiones y perspectivas. Estos momentos nos ayudaron a acercarnos y comprendernos más allá de las diferencias superficiales.
También forjé un hermoso vínculo con la tripulación. Compartimos risas, historias y alegría. Aprender a navegar juntos creó una amistad especial; mi tripulación se convirtió en mi mejor amiga, y siempre llevaré esos recuerdos conmigo.
En Creta, Grecia, me encantó el ambiente de la isla y encontré un gran significado al preparar mi discurso para la conferencia. Compartí una historia real sobre una amiga que emigró a pie con su hermano. Una historia que conmovió profundamente a otros y me hizo comprender lo poderosa que puede ser la experiencia vivida cuando se comparte con honestidad y vulnerabilidad.
Este viaje me enseñó lecciones inesperadas. El mareo me recordó que a veces no puedo controlarlo todo; mi cuerpo toma las riendas, y eso está bien. Me mostró lo poco que dejo descansar a mi cuerpo en la vida diaria. Siempre he sentido que, de joven, debo darlo todo.
Pero ahora entiendo que el descanso no es una debilidad, es necesario si quiero seguir avanzando.
Quizás la lección más hermosa que me llevo de Bel Espoir es que podemos vivir juntos, incluso con todas nuestras diferencias. El respeto, la empatía y la curiosidad lo hacen posible. Lo he visto, lo he vivido, y ahora creo en ello más que nunca.
El Bel Espoir no era solo un barco, era una comunidad flotante, un reflejo del mundo tal como podría ser. Y en ese pequeño espacio, rodeado de mar y alma, descubrí nuevas facetas de mí mismo.
Nissrine
Publicado el 24 de junio de 2025 en Testimonios de S3