Hamdi, Túnez

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Durante las dos semanas que pasé en Chipre con Med25, centradas en el tema del diálogo entre religiones, tuve la oportunidad de conocer a personas de diferentes nacionalidades, culturas y credos. Esta experiencia me brindó un auténtico espacio de intercambio, respeto y comprensión mutua. 

Como tunecino y musulmán, sentí responsabilidad y orgullo al representar mi cultura y mi fe en este contexto de diálogo. Descubrí que, a pesar de nuestras diferencias, es posible entablar conversaciones significativas cuando hay escucha activa, respeto y una sincera disposición a comprendernos. 

Uno de los momentos que más me conmovió fue cuando algunos participantes decidieron acompañarnos durante la oración musulmana, por respeto y curiosidad. Ese gesto significó mucho para mí. A cambio, también asistí a una misa cristiana, lo que me permitió experimentar otra forma de vivir la espiritualidad, con apertura y espíritu de compartir. 

Esta experiencia también me ayudó a reflexionar más profundamente sobre mi propia fe. Escuchar las historias y creencias de otros me animó a cuestionar, a crecer y a expresar mis propias creencias con mayor claridad y franqueza. 

Lo que más me impactó fue que el diálogo no solo se daba en conversaciones estructuradas. Ocurría en momentos sencillos y cotidianos: comidas compartidas, actividades grupales, reflexiones en silencio y risas compartidas. Esos momentos creaban fuertes conexiones humanas. 

En resumen, esta experiencia me enseñó mucho: sobre los demás, sobre mí mismo y sobre la importancia de tender puentes entre religiones. También me permitió llevar con orgullo mi identidad musulmana tunecina en un espacio de paz y respeto mutuo. Estas dos semanas son inolvidables.

 

Hamdi

Publicado el 5 de agosto de 2025 en